¿Tenéis tiempo para leer? La inmediatez marca nuestras relaciones y la exigencia
del trabajo crece a cada instante. Necesitamos detenernos. Recurrir al acto de re-
sistencia que es la lectura. Parece que realmente existiesen los Hombres Grises que
creó Michael Ende en Momo y nos robaran el tiempo volviendo a las personas más
ansiosas e incapaces de disfrutar el presente.
Leo en varios artículos y libros sobre
la era del agotamiento. Los leo también exhausta.
Yo no escribo, yo leo. Leo y vendo libros. Libros que escriben otras personas, que
crean historias que atraen a lectores y lectoras manteniendo vivas librerías como
la mía. Me siento afortunada de hacer posible ese intercambio, pero sobre todo, me
siento agradecida por poder leerlos.
Y mientras los ordeno, catalogo y coloco con
cuidado en los escaparates, siento que quiero reivindicar ese derecho.
Hace 20 años yo estaba muy perdida hasta que me surgió una oportunidad para
trabajar aquí.
La librería se convirtió en mi refugio y mi lugar de aprendizaje. Des-
pués de enfrentar la crisis económica de 2009 tuve que alejarme temporalmente
de allí. Hasta que un día, hace ahora cuatro años, le dije a Juan, mi antiguo jefe,
que todavía soñaba que ordenaba libros, él me comentó que tanto él como Mamen
se iban a jubilar y que le daría mucha pena que la librería cerrara después de 40
años. Me propuso tomar las riendas.
Me pareció un acto político porque cuando
Rayuela Idiomas cerró en la Plaza de la Merced y pusieron un Starbucks, yo dejé
de pasar por delante. Pese al miedo que me daba ser autónoma, ser jefa y lidiar con
los bancos. Si algo me había enseñado trabajar aquí los años anteriores es que el
acto de leer lo cambia todo.
Cuando decidimos leer, elegimos no ser productivos. La
lectura nos exige concentración, cuidar la iluminación, el ambiente tranquilo… casi
el mismo ritual que el amor.
Al regresar, esta vez como propietaria, recordaba el funcionamiento de todo, aunque
hubiesen pasado 10 años, parece que los comandos, la forma de hacer un inventario
o gestionar pedidos habían estado hibernando en mi cabeza.
Después de firmar y
ver a Juan emocionado tras la mascarilla, llegué a la librería con mi compañero,
abrimos una botella de vino, me regalaron unas flores y de repente me vi así como:
“Dios mío qué hago”.
Todos estos años en la librería me han servido para darme cuenta de que leer es
mucho más que un gesto de consumo, leyendo podemos comprender el mundo que
nos rodea. Pero además, lo más importante y lo que más me llena, es la comunidad
que se crea, lo colectivo en la lectura, cuando quien lee no soy yo, sino nosotras,
a través del club de lectura, cuentacuentos, presentaciones, tertulias y toda la vida
que se genera aquí.
De repente, la lectura construye ese sentido de pertenencia que
siento con las personas que vienen día a día. Un lugar donde puedes relacionarte
con gente de diferentes edades y maneras de pensar. Siempre digo que me gusta más
escuchar y aprender que recomendar libros.
Me gustaría terminar con una cita de Ursula K. Leguin en su discurso de aceptación
del National Book Award:
“Los libros no son solo productos, la motivación por las ganancias está frecuen-
temente en conflicto con la búsqueda del arte. Vivimos en un estado capitalista,
su poder parece invencible, tal como parecía el derecho divino de los reyes.
A
cualquier poder humano se le puede oponer resistencia, puede ser reemplazado
por medios humanos. La resistencia y el cambio frecuentemente comienzan con
el arte, y muy frecuentemente es nuestro arte, el arte de las palabras.”
(Books aren’t just commodities; the profit motive is often in conflict with the aims of
art. We live in capitalism, its power seems inescapable – but then, so did the divine
right of kings. Any human power can be resisted and changed by human beings.
Resistance and change often begin in art. Very often in our art, the art of words.)
El derecho a la lectura
NOELIA CLAVERO TOLEDO
23 abril
DÍA
INTERNACIONAL
DEL LIBRO
art. We live in capitalism, its power seems inescapable – but then, so did the divine
right of kings. Any human power can be resisted and changed by human beings.
Resistance and change often begin in art. Very often in our art, the